• En total, recibió 1,2 millones de dólares de empresas y bancos para financiar sus cursos en Nueva York.
  • Entre ellas, BBVA, CEPSA y Telefónica, que tenían causas pendientes en la Audiencia Nacional.
  • Garzón se salva por una cuestión de forma.
  • Y queda 'limpio' para su posible fichaje por el PSOE.
  • Botín y FG pueden respirar tranquilos.
  • 13TV, la televisión "de los curas fascistas": los seguidores de Baltasar Garzón agreden a una reportera y un cámara del canal propiedad de los obispos que cubrían la información.

Baltasar Garzón (en la imagen), convertido en el héroe popular de la izquierda tras ser inhabilitado por su actuación en la causa de las escuchas, ha salido limpito y sin tacha del juicio más feo de los tres al que se enfrentaba, el de presunto cohecho.

Cuando Rubalcaba se plantea llamarlo a las filas del PSOE, consciente de su valor mediático y de su capacidad de liderazgo, el juez sale sin una pizca de fango de un proceso que podría haber salpicado a Emilio Botín y a Francisco González, actual presidente del BBVA, y ex socio de Jaime Caruana en Renta 4 durante el periodo de autos.

El mismo tribunal que lo ha dejado fuera de la carrera judicial durante once años por las escuchas del caso Gürtel, ha archivado la causa abierta por el cobro de 1,2 millones de dólares de empresas y bancos para financiar los cursos que organizó durante su estancia en Nueva York en 2005 y 2006.

La decisión se argumenta en que el supuesto delito ha prescrito, y niega que exista delito de extorsión, como pedía la acusación particular.

El Tribunal Supremo cambia así de criterio después de no haber considerado la posibilidad de prescripción. La acusación popular, ejercida por los abogados que ejercen Antonio Panea y José Luis Mazón solicitaba penas de hasta cinco años de prisión y 30 de inhabilitación al considerar que Garzón desarrolló una actividad "delictiva".

El magistrado Manuel Marchena describía en su auto de imputación que el juez suspendido se habría servido de las influencias de su cargo para obtener fondos de grandes empresas que podrían ser posteriormente objetivo de investigación penal a su vuelta a la Audiencia Nacional. Estos hechos podrían encajar en el tipo penal de extorsión de carácter continuado (artículo 243 del Código Penal), que conlleva prisión de uno a cinco años.

La acusación particular consideraba que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 se colocaba en "una postura insostenible al negar la evidencia de sus solicitudes de patrocinios" a empresas como Telefónica, CEPSA, Santander, ENDESA y BBVA, que eran 'exclientes' o 'clientes' de la Audiencia Nacional, y que han quedado "acreditadas en el proceso".

El auto de Marchena señala que "no puede afirmarse la concurrencia de un delito de extorsión" en la obtención de los patrocinios como pedía la acusación.

El Supremo justifica su decisión al afirmar que no hay extorsión cuando señala que no hay intimidación, necesaria para que haya extorsión. No hay un sobre con membrete del juzgado de Garzón. Reconoce que hubo una estrategia censurable de persuasión, por ejemplo, en el caso de ENDESA, "pero no basta para afirmar que el pago fue efectuado bajo intimidación. El abono de lo reclamado es, también ahora, la mejor prueba de la concurrencia de un delito de cohecho impropio, pero no del delito de extorsión".

El auto señala que "el dinero fue entregado en atención al cargo del querellado, pero no como respuesta a una acción intimidatoria".

Botín debe de haber respirado tranquilo, y también Francisco González. Más de uno y más de dos aún recuerdan cómo FG puso de patitas en la calle a Emilio Ybarra cuando eran ambos copresidentes del BBVA. FG denunció a su colega ante el supervisor, y consiguió que Ybarra dimitiera. Garzón acogió la denuncia y, años después Emilio Ybarra fue absuelto, pero ya a nadie le importaba que no hubiese podido recuperar la presidencia del banco con sede en Bilbao.

Según Marchena, Garzón "contactó con el responsable de patrocinios del BBVA unos meses después de haber incoado una causa contra buena parte de sus anteriores directivos". Se hizo, y así rezaba el auto, cuando este procedimiento se hallaba aún en su juzgado, al que se reincorporó tras su permiso de estudios. Obtuvo del BBVA 200.000 dólares.

Por cierto, los seguidores de Baltasar Garzón agredieron a una reportera y un cámara de 13TV, el canal propiedad de los obispos, que cubrían la información. El motivo estaba claro: se trata del canal de los "curas fascistas".

Sara Olivo

sara@hispanidad.com