El candidato puede ser la finlandesa Outokumpo. Del espíritu Victoriano Muñoz ya queda poco.
Los March y los Del Pino, accionistas de referencia de Acerinox (20 y 5%, respectivamente) están echando por tierra la labor de Victoriano Muñoz, el forjador de la compañía, que la llevó hasta Estados Unidos y Sudáfrica. Lo suyo era crecer, pero los March no están dispuestos a esperar mucho más.
Es más, el consejo ha exigido al presidente ejecutivo, Rafael Naranjo, que recorte gastos -ya se ha aprobado un ERTE en la factoría del campo de Gibraltar- y que aborde una fusión o la venta de la empresa.
En este segundo caso, mal se podría vender a Arcelor Mitall, que también ha puesto en el mercado su división de acero inoxidable pero sí a la finlandesa Outokumpo, de similar tamaño a Acerinox, con participación pública, y con quien ya hubo conversaciones de fusión.
Las familias March y Del Pino nunca han considerado al acero como uno de sus sectores estratégicos. De hecho, los March, principales accionistas de la compañía, no consideran estratégica otra cosa que su sociedad de cartera, la Corporación Financiera Alba, una especie de capital riesgo a medio plazo. Así que Naranjo deberá reducir costes para mejorar la cotización o enajenar. Es lo que se llama, en la moderna terminología contable, estar "disponible para la venta".
Miriam Prat
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