El Gobierno trabaja en una reforma del Código Penal para endurecer el castigo a los actos de vandalismo callejero.
Al menos así lo ha anunciado el ministro del Interior. Se considerará delito de pertenencia a organización criminal la convocatoria, a través de cualquier medio, incluso Internet, de algaradas como las padecidas por Barcelona, entre otras ciudades, durante la pasada huelga general.
La delincuencia organizada adquiere múltiples caras. Disfrazarse de antisistema y atacar a los ciudadanos o sus propiedades no puede quedar impune. Pienso que en este caso acierta el Ministro de Interior. Casos como los de Barcelona no se deben volver a repetir y menos aún que queden impunes.
No se priva de libertad a los que delinquen sino que se garantiza a los ciudadanos corrientes.
José Morales Martín