Un ejemplo: en los últimos programas políticos con los que concurrió a las elecciones Familia y Vida se hablaba de la figura del "salario maternal". La defensa de la familia llevaba a esta formación a plantear la necesidad de una nueva prestación social por la que se asegurara a la mujer que se convierte en madre una aportación que, al menos, garantiza la subsistencia: no una ayuda pública, sino un salario. Y no por una cuestión asistencial, sino de justicia: la mayor aportación que puede hacer la mujer a la sociedad, al Estado, en la actual situación demográfica de Occidente, es tener hijos. Está claro: Familia y Vida no hace hincapié en el esquema liberal pero, es que, además, unen el principio de ayuda a la familia con el cuarto valor no negociable: el bien común.
¿Qué se puede hacer con partidos tan pequeños considerando las barreras que el oligopolio de los grandes partidos interponen para ahogar a los pequeños? Personalmente, considero que la solución es la italiana. En aquel país, la fragmentación ideológica ha supuesto que los partidos, las decenas de partidos, se agrupen en dos coaliciones, a las que cuesta calificar como izquierdas o derechas, dado que a Berlusconi le acompañaban partidos centralistas e independentistas y Romano Prodi contaba en sus filas con socialistas y democristianos… lo mismo que Berlusconi. ¿Cómo podía entenderse dicho mejunje? Muy sencillo, es la respuesta italiana a la fragmentación ideológica del siglo XXI. Todas esas formaciones (18 en el caso de Prodi, 21 con Berlusconi) se apuntan a una serie de puntos programáticos "no negociables". En lo demás, cada cual que piense lo que quiera.
El sistema es especialmente asignable a España por la sencilla razón de las listas cerrada y de que el sistema español, aunque se califique de proporcional-mayoritario, tiene más de lo segundo que de lo primero.
¿Por qué no podrían esos cinco partidos acudir juntos a las elecciones, repartiéndose las listas a priori (no los cargos a posteriori, como hacen en Italia), bajo un paraguas que especifique esos cuatro principios no negociables de Benedicto XVI (que todo ellos aprueban) y en el resto que cada cual aplique sus propios criterios y su propia personalidad? Todos sabemos que los carlistas van a ser más descentralizadores que Alternativa Española y todos sabemos que Familia y Vida o Solidaridad y Autogestión van a hacer más hincapié en cuestiones económicas que el partido Social Europeo. ¿Y qué?
En definitiva, cuatro principios y el que quiera que se apunte. Lo que necesita es el voto católico en España es el esquema de Izquierda Unida.
Eulogio López