Hoy reproducimos un artículo sobre enamoramiento y amor, de la página web Yo influyo, un asunto que no deja de resultar interesante.
Como hemos rebajado varios niveles esto de las relaciones hombre y mujer, necesita una graduación: acostarse, enamorarse, amarse.
Un amigo mío, profesor de guiones cinematográficos, siempre pide a sus alumnos que escriban un guión cinematográfico romántico. Ya no se sorprende, porque con todas las promociones le ocurre lo mismo. En nueve de cada diez casos, el escenario elegido por sus alumnos de Audiovisual es el catre. Quiero decir que termina en la cama, y a veces comienza y concluye en el mismo escenario, en el revuelto de sábanas. Como decía Chesterton: el sexo es unas de las estancias del matrimonio, pero hay otras.
Y el sexo, desprovisto de todo lo demás, no da para mucho y resulta extraordinariamente aburrido. Pero quedémonos con la segunda distinción: entre enamoramiento y amor. El enamoramiento es un sentimiento, por tanto puede ser pasajero. El amor no depende de los sentimientos sino de la voluntad: es la entrega al otro. Otra de nuestras cartas recoge lo que entienden los niños menores de diez años por amor, mucho más acertados en sus respuestas que la inmensa mayoría de los adultos.
Obsérvese que casi todos ellos, de una y otra forma, hablan de entrega, de donación, de volcarse con el otro. ¿Quieren entender qué es el amor? Pregunten a los niños.
Eulogio López
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