En ACS se están pensando en dar el salto y judicializar la batalla contra Iberdrola, después de que la eléctrica renovara sus estatutos en tres puntos:
1. Eliminar la jubilación de los consejeros a los 70 años de edad. Aquí poco pueden decir, lo han hecho otras entidades y lo defiende el Código Aldama.
2. Más problemático: reducción de 21 a 15 en el número de vocales. Florentino segura que lo han hecho para evitar la petición de entrada en el Consejo que ACS les formulará en cuando haya vendido Fenosa. En Iberdrola responden que el Código Conthe aconseja consejos de entre 5 y 15 miembros, siendo que el 50% del Ibex se atiene a esta sugerencia.
3. No puede haber consejeros con conflictos de intereses, es decir, con intereses en empresas de la competencia. ACS todavía será accionista de Fenosa hasta la primavera y, además, siempre se le podrá encontrar alguna incompatibilidad con las actividades de Iberdrola, que incluso cuenta con una división inmobiliaria.
Para Iberdrola, la figura del conflicto de interés figura en el Código Civil y nadie debe rasgarse las vestiduras porque se incorpore a los Estatutos de Iberdrola.
Simplemente, en ACS no piensan lo mismo y están dispuestos a judicializar el conflicto, alegando que los cambios estatutarios atentan contra el accionista, algo que no suele ocurrir en sectores estratégicos en otros países de Europa.
El problema es que Florentino no puede vender Iberdrola y marcharse: perdería demasiado dinero, para ser exactos, compró un precio miedo de 9,2 euros. Pues bien, ahora cotiza a 5,3 euros. Dicho de otro modo, con una capitalización de 26.446 millones de euros, -y dejando a un lado los derivados- ACS lleva perdidos en Iberdrola más de 1.000 millones de euros. Como para vender ahora.
Por cierto, durante su reciente reunión con analistas, los responsables de ACS sólo permitieron una pregunta por teléfono, y redujeron el resto a las más reconducibles y manipulables preguntas por correo electrónico. De esa forma, nadie le pudo preguntar si está renunciando a ejecutar derecho, o si Natixis, el banco francés que presuntamente gestiona los derivados de ACS ha vendido un 2% de Iberdrola en manos de la constructora, lo que supondría que ya no posee un 12,8 sino 10,8% de la eléctrica.