No hay crédito, aseguran los empresarios, y seguramente tienen razón, porque los bancos prefieren invertir en deuda pública, pero también es cierto que el autónomo, profesional, comerciante o pequeño empresario muchas veces no pide crédito porque le faltan son ingresos, lo que se ha derrumbado aún más que el crédito es el consumo. Y eso no tiene arreglo por mucho crédito que haya.
Ejemplo: Acuerdo entre La Caixa y la patronal CEOE. Líneas de créditos de hasta 6.000 millones de euros, con préstamos que serían tramitados por comisiones conjuntas entre la patronal y la entidad catalana. Pues bien, dos años después, se ha concedido la décima parte. La mayoría, además, son refinanciaciones, no inversiones. Y no puede hablarse de negativa ante las peticiones: la mitad de las peticiones de crédito han sido atendidas, en tres de cada diez se han exigido más garantías y en dos de cada diez se han negado.