Hasta la prensa argentina habla ya del arreglo: la Casa Rosada se queda con Aerolíneas entre los aplausos populares del nacionalismo argentino, mientras Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual hacen negocio con la intermediación en el alquiler de los aviones. ZP sigue necesitando a Ferrán para que apoye al Gobierno desde la Patronal

Como adelantara Hispanidad, el asunto Aerolíneas argentinas (ARSA), presunto enfrentamiento visceral entre los gobiernos argentino y español, así como entre Marsans y la Casa Rosada, que expropió ARSA, terminará en un grandísimo paripé. Cristina Fernández expropió Aerolíneas, propiedad del presidente de la patronal española CEOE, Gerardo Díaz Ferrán y de su socio, Gonzalo Pascual, han expropiado Aerolíneas, y Ferrán lloraba su lamento por las emisoras madrileñas, asegurando que les estaban echando de Argentina a gorrazos.

No es así. Ferrán y Pascual -los hombres G- abandonarán Argentina, porque los argentinos no soportan su pésima gestión en la compañía, donde, además, se han gastado 758 millones de dólares de subvenciones del Gobierno español -y existen serias dudas sobre cómo las han gastado, dado que están encausados en un juzgado madrileño por delito fiscal, estafa procesal y desvío de fondos públicos-. Al final, que Marsans ha exprimido ARSA hasta provoca el caos aéreo en un país con 3.000 kilómetros de longitud. Sin embargo, y aunque las subvenciones españolas habían sido donadas por el Gobierno Aznar, el Ejecutivo Zapatero necesitaba a los hombres G porque Díaz Ferrán se había aupado a la presidencia de la CEOE y, a costa de provocar en la organización patronal la crisis más profunda de su historia, no ha dejado de apoyar al Gobierno socialista y lanzar loas a su política económica. Sobre todo ahora, en plena crisis.

Pues bien, todas las variables coincidan en una expropiación que satisfará al nacionalismo argentinos, que en principio sólo representan al 105% de la población. En teoría no se pagará un duro a Marsans pero está seguirá operando en el alquiler de aviones como intermediario (absolutamente innecesario). En Buenos Aires ya se habla de ello abiertamente.

Cuando, a principios de febrero, Cristina Fernández visite España, todo debe estar listo para el fraternal abrazo con ZP. El paripé continúa. ¿Quién podrá detener estar monumental vodevil? Pues el juzgado español que lleva adelante el lentísimo proceso sobre la privatización de Aerolíneas.