En camisa y con mangas remangadas dice el señor Toxo que: "Hay que pensar con la cabeza para luchar con el corazón, no pensar con el corazón y luchar con la cabeza o a cabezazos…Necesitamos cambiar el estado de ánimo de la gente".
En el mismo tono, el señor Méndez asegura que antes de convocar una huelga general "hay que saber cuál es el estado de ánimo de la población".
Durante los siete años que la economía nos llevó a más de cinco millones de parados ¿qué hacían estos dos grandes chupadores del Estado instalados en Moncloa? Lo que no terminan de explicar con claridad ni uno ni otro es, si lo que más les fastidia es el abaratamiento del despido en general o el hecho de que a partir de ahora se allane el camino de los ERE, esos que tan buenos réditos les han reportado en los últimos tiempos.
En lugar de asumir un papel constructivo, como hicieron en su día los sindicatos alemanes, caldean el ambiente con un lenguaje prebélico.
El tiempo dirá si la reforma es eficaz o no y si cumple con los objetivos para los que ha sido diseñada. Mientras tanto los sindicatos tienen que asumir el coste de sus errores, tienen que aceptar su descrédito creciente y sacar consecuencias.
Por el momento calladitos mejor señores y con la cabeza baja.
Nieves Jiménez