Hacía tiempo que los trabajadores de Air Comet sospechaban que algo no iba bien en la compañía. Antes de la crisis uno de sus Airbus 330 fue enviado a Singapur para una inspección que debería haber durado un mes. El avión volvió tres meses después, entre rumores sobre reparaciones en la estructura del aparato o la falta de pago de la inspección por parte de la aerolínea. Los que hablaban de problemas técnicos se equivocaban: no había ningún fallo en la estructura. Poco tiempo después, otro de los aviones de Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual era enviado a Estambul para la misma operación y sufrió un retraso similar.
El personal de la compañía está molesto. En Hispanidad hemos publicado el retraso en las nóminas: a día de hoy, aún no se ha pagado la extra de diciembre y este lunes se recibió la nómina de enero. La liquidez parece brillar por su ausencia y es un impedimento a la hora de cumplir acuerdos. Por ejemplo, el acuerdo sobre Air Madrid que suponía la absorción de casi la mitad de los pilotos. Muy pocos pasaron de Air Madrid a Air Comet. Los que lo hicieron tenían la promesa de renovar después de un año, pero las palabras vuelan Y vuelan más que los aviones ya que, al no haber aparatos suficientes, muchos pilotos se tienen que quedar en tierra. En medio, el personal de la aerolínea asegura estar confuso, con miedo a las represalias de sus jefes y más confiados en los enchufes que en la valía profesional. Mientras, el invento de Pascual y Díaz sigue absorbiendo rutas y pilotos a los que se dan cursos ¿Servirá de algo tener tantos pilotos con tan pocos aviones? De hecho, según Extracrew, la compañía reconoce que la falta de liquidez se debe a la compra de nuevos aviones. Air Comet ha recibido cuatro, pero aún no ha llegado el quinto.
La canivalización que se produjo en Aerolíneas también funciona en Air Comet. Sacar las piezas de un aparato para colocárselas a su gemelo sale más barato. Ocurre con los Airbus 320: el único que vuela sólo lo hace cada15 días, cuando al Real Madrid le toca jugar fuera de casa. Eso sí, sólo dentro de España, puesto que nunca sale del país. A los 330 ya les tocó estar parados una temporada, allá por noviembre de 2008, por problemas con el pago del leasing. Hay que tener en cuenta que en la aviación internacional es frecuente la retención de un avión cuando sale de España si éste tiene pagos pendientes.
Por todo esto, en el seno de la aerolínea reina la incertidumbre por el futuro personal, pero también por el de la compañía.