Sr. Director:
Leo, escandalizado, las declaraciones de todo un ministro, y además de Justicia, por las que puede prometer y promete que, con dineros públicos, se ofrecerá a la ciudadanía la posibilidad de que los niños cuya familia lo solicite sean adoctrinados en la religión musulmana, aprovechando el horario y el recinto escolar.
No habrá tenido que ver a su hijo pequeño, reducido por la pura fuerza de varios piadosos adultos, maniatado, despojado violentamente de su ropa y mutilado de por vida en sus genitales, según establece inequívocamente la tradición mahometana. Yo sí. Pero para aprender, perder: quizás alguna vez llegue a saber de sobra, y en las carnes de algún ser próximo y querido, que todos los niños nacidos en un entorno musulmán (y no sólo en el oscurantista Tercer Mundo), son, tarde o temprano, irremisiblemente sometidos a aberrantes circuncisiones no médicas.
Es comprensible, pues, que mientras tanto se manifieste caritativamente abierto a todas las culturas y que, sometido además a firmes presiones, se desviva en procurar espacios y recursos para todos. Inclusive para los devotos mutiladores de menores. Todo sea por el consenso.
Y pregunto… por si no tuviera ya suficiente con lo suyo, mi desgraciado chaval ¿le van a propinar encima, quizás, una completa catequesis que le explique bien, entre otras cosas, las virtudes de la represión quirúrgica aplicada a la salvación eterna? ¿Pretenden así intentar que se sienta mejor? ¿O persiguen simplemente "formarle" para que, continuando la tradición, se disponga a hacer lo propio con sus críos cuando llegue el momento?
Ya basta. ¿Proselitismo ideológico en la escuela? No, gracias. Ninguno. Sólo formación cívica en los derechos humanos.
Ilustración gráfica de este escrito:
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José Sánchez
pppsanchez@yahoo.es