En el segundo semestre del 2000 también lo logró por los excepcionales ingresos de la UMTS

Albricias y pan de Madagascar. Desde que en 1990 se formalizara la reunificación alemana, el país germano no habría conseguido cerrar las cuentas con superávit. Digerir la ingesta de la hermana sovietizada había supuesto un lastre financiado con el esfuerzo de todos. Pero esta vez lo han logrado. Las reformas de Angela Merckel han dado sus frutos y el primer semestre de este ejercicio ha logrado un superávit del 0,1% del PIB. Pequeño comparado con el español, pero superávit al fin y al cabo.

No puede decir lo mismo Francia. Sarkozy incrementa su popularidad, pero anuncia que Francia tendrá que retrasar su calendario del cumplimiento del Pacto de Estabilidad. Aquí paz y después gloria que al fin y al cabo la UE adolece de autoridad para enderezar a los díscolos.

En el caso alemán, ya se había logrado superávit en el segundo semestre del 2000. Pero entonces el superávit obedeció a los ingresos extraordinarios de las UMTS. Esa locura que dejó las cuentas de Telefónica temblando tras sumarse sin cálculos de retorno a una carrera alocada por la modernidad. Bien por los alemanes que han conseguido hacer los deberes y cuadrar sus cuentas.