La canciller alemana, Angela Merkel, puso en duda que el Banco Central Europeo (BCE) pueda empezar a supervisar al sector financiero en enero de 2013, frente al propósito de Bruselas y los deseos de España, que vio cómo volvía a dispararse su prima de riesgo.
Son este tipo de declaraciones las que perjudican la recuperación de los mercados y las economías periféricas. Aunque se excusó en la "necesaria calidad" del nuevo supervisor, lo cierto es que defiende el interés alemán en no perder el control de sus bancos regionales.
Jaume Catalán Díaz