Tas el fracaso griego, el previsible fracaso irlandés y el seguro fracaso portugués, la gente, entendida o no, comienza a pensar, que a lo mejor, los rescates no se hacen para bien de todos sino de los pudientes y que, a lo mejor, la solución a la crisis es dejar quebrar a los quebrados y que el Gobierno proteja el ahorro de los ahorradores y no las rentas de los inversores.
Eulogio López
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