De manera llamativa, estos días está dando la vuelta al mundo a través de las redes sociales, un discurso pronunciado tiempo atrás en Zaragoza, por una joven y atractiva diputada guatemalteca llamada Gloria Álvarez, denunciando sin complejos, las causas de la deriva populista en Iberoamérica.
Según la oradora, estas causas están centradas en la escasa atención prestada por los Gobiernos democráticos a las clases más necesitadas, a las que se han negado derechos tan esenciales como la salud y la educación. La consecuencia ha sido la pérdida de la lógica y la razón en el debate político y social, dando paso a la demagogia que, en el caso español, no solo es patrimonio del recién llegado populismo, sino de la izquierda que lo ha impulsado.
La pregunta es si nuestros políticos están dispuestos a reconocer sus fallos en la toma de decisiones, más allá de los casos de corrupción que, en definitiva, son consecuencia de la debilidad de las instituciones democráticas.
Jesús Domingo