Versión cinematográfica muy libre de los relatos de Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas y, su continuación, Alicia a través del espejo.
Tras la muerte de su padre, un hombre lleno de proyectos, a la joven Alicia se le avecina un futuro gris a través de un matrimonio de conveniencia. Pero, antes de dar el sí definitivo, Alicia vuelve al mundo que visitó de niña: al País de las maravillas, sin saber muy bien si está dentro de un sueño o ese sueño forma parte de su realidad
Como era previsible, Tim Burton plasma con genialidad en la pantalla los seres que Carroll imaginó pero pocos parecen conservar su personalidad original. Es decir, a Tim Burton le ha sucedido todo lo contrario que a Humpty Dumpty (uno de los personajes más interesantes del cuento), una figura con forma de huevo que es capaz de dominar el lenguaje como nadie porque no deja que el lenguaje le domine a él. Porque Tim Burton no ha podido con el relato y lo ha trasladado a su manera.
De tal forma que Alicia en el país de las maravillas cuenta con una puesta en escena magnífica lo que se traduce en que visualmente es un gran espectáculo en 3D (algo lógico si tenemos en cuenta que Burton es todo un maestro en imaginería de cuentos). Pero, curiosamente, en lo que pincha este esperado cuento escapista es en su argumento. Es cierto que recoge la idea central de Alicia a través del espejo, es decir, el deseo de vivir algo diferente, de buscar la propia identidad sin dejarse llevar por convencionalismos pero, sin embargo, su desarrollo está alejado de la visión surrealista y, al mismo tiempo, lúcida que reflejó Carroll sobre la sociedad victoriana y se asemeja mucho más a una película de aventuras.
Además, el comportamiento de los personajes no resulta absurdo (como en el relato de Carroll), sino sólo alocado en la mayoría de los casos, con la excepción de la Reina Roja (encarnada por Helena Boham Carter) que protagoniza los momentos más brillantes de la película. Un largometraje, por cierto, que no va destinado a niños menores de 7 años sino a adolescentes y jóvenes que no conozcan demasiado el cuento original y disfruten con la pirotecnia de las películas que se exhiben en 3D.
Para: Los seguidores de Tim Burton