Peligra el puesto de Guillermo Ansaldo, muy criticado en el Consejo, pero es segura es la salida de Federico Rava, responsable del negocio residencial. Por ahora parálisis total en el ERE.
Telefónica de España, un mercado saturado, sigue siendo la losa del Grupo Telefónica. Todavía gana dinero, ciertamente, pero su capacidad de generación de recursos cae en picado. Este viernes sorprendió a los analistas por sus resultados. Pero negativamente, porque la teleco acabó el primer trimestre ganando 3.057 millones de euros, un 4,3% más que en el mismo período del año anterior. Defrauda expectativas a pesar de aumentar sus ingresos porque el negocio en España cae un 15,5% hasta los 1.402 millones de euros y lastra el resultado final.
Quizás por eso, el presidente, César Alierta, prepara una remodelación del equipo directivo, mientras sigue paralizada, a la espera de la negociación con los sindicatos, la anunciada reducción de plantilla. Es muy posible que el presidente de Telefónica de España, Guillermo Ansaldo, a pesar de las críticas surgidas en el Consejo, mantenga el cargo, pero se da por segura la sustitución de Federico Rava, responsable del área residencial, cuando no se cumplen ni dos años de su nombramiento. A Rava se le acusa de haber entrado en una guerra de precios con los operadores virtuales en la que nunca debió entrar, especialmente por la política anti-Telefónica de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) muy dura con el operador dominante.
Telefónica de España sigue ganando dinero, ciertamente, pero a la baja, lo que contrasta con el negocio internacional. No obstante, los expertos esperaban más de Telefónica Latinoamérica, que acabó marzo con un beneficio neto de 1.383 millones de euros, un 24,1% más. Las sinergias por la integración de Vivo hacían esperar un mejor comportamiento del área. A pesar del esfuerzo y las duras negociaciones para hacerse con la telefonía móvil brasileña, los analistas dudan ahora si realmente mereció la pena.
Rodrigo Martín
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