Las visitas de los empresarios españoles al presidente argentino, Néstor Kirchner, siempre terminan igual: formalmente bien (bueno, salvo el último encuentro del presidente de Repsol YPF, Alfonso Cortina, con el mandatario austral en Nueva York: ni los modos fueron cordiales), pero ningún avance.

Alierta no consiguió que Kirchner cambiara de opinión sobre el marco tarifario. Eso sí, formalmente todo fue bien.