El terrorismo eligió en el maratón de Boston un objetivo con el que logró dos de sus metas clásicas: sembrar el pánico y la trascendencia mundial con un atentado indiscriminado en una carrera con atletas llegados de todo el mundo.
Como en otros escenarios terroristas, las autoridades incidieron en la trascendencia de la colaboración ciudadana y reclamaron con urgencia las fotos y vídeos que se pudieron tomar en los momentos previos y posteriores a las explosiones.
Esa petición de ayuda nos recuerda que hay una responsabilidad colectiva como sociedad dispuesta a no resignarse y a hacer frente a aquéllos que amenazan nuestra libertad y seguridad.
JD Mez Madrid