La actual presidenta de la Academia aseguró que el panorama cinematográfico es catastrófico

Con la sobriedad y sosería que caracteriza a Ángeles González-Sinde, hija del insigne José María González-Sinde, fundador y primer presidente de la Academia de Cine, la actual presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España acudió hoy a un desayuno informativo celebrado en el hotel Ritz de Madrid que contó con la presencia del ministro de Cultura en funciones, César Antonio Molina, el director de cine Enrique Urbizu y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.

González-Sinde, también guionista y directora, expuso sus puntos de vista en torno al estado por el que actualmente atraviesa el cine con un aire de victimismo abrumador. Fundamentalmente, incidió en que la asistencia a los cines cada vez era menor, a causa de otros modelos alternativos para ver cine -descargas de Internet o cine en casa- y  debido también a que las nuevas urbanizaciones que se diseñan cada vez están más alejadas de la gran ciudad. Muy mal por las inmobiliarias. Hasta aquí, nada nuevo.

Además, aportó algunas cifras. El gasto anual de Cultura en 2007 fue de 1.175 millones de euros y el del ICCA de 101 mil, de los cuales el 85% se destinó al fondo de subvenciones. Visto el panorama fue el momento de dirigirse al ministro y alabarle por la nueva creación de un centro de artes audiovisuales o de recordar que el Fondo de la Filmoteca no avanza desde los tiempos de Carmen Alborch. Hasta aquí, nada nuevo.

Por otro lado, aseguró que el 5% de los ingresos por publicidad y las subvenciones debería ser invertido en cine, puesto que si se dispone de ondas para transmitir información "¿por qué no con la industria cinematográfica?", aseguró.  Es decir, a pedir más euros con el ministro frente a ella. Un pellizco de doña Ángeles a don César. Así que para hacer presión sale a la palestra en su intervención Alejandro Amenábar, que gracias al productor José Luis Cuerda vio la luz su Tesis. Y así entraron en los ejemplos Álex de la Iglesia o Icíar Bollaín. Otro pellizco a don César, a ver si reacciona.

Entonces Hispanidad pregunta a González-Sinde: "¿Cómo va a afrontar la Academia el catastrofismo al que se ha referido antes y qué medidas concretas debería realizar el Gobierno?". La guionista asegura con tibieza sobre lo primero: "Haciendo las cosas bien, con la nueva sede, con coloquios, actividades, ('bla, bla, bla'), y trabajar para mejorar el colectivo (¿cuál?). Y tener a la vista un espacio de debate y reflexión". No responde a la otra pregunta, que a don César le ha pellizcado dos veces.

Y de colofón una pregunta sobre la promoción que los actores hacen sobre política en los escenarios públicos. González-Sinde afirma que "si opinan periodistas y políticos, ¿por qué no los actores?". Señora presidenta, cada foro tiene su misión. Y como esto de hacerse el simpático mola, va el moderador, Juan Cruz -veterano perro viejo que dirige el clan El País-Alfaguara, capaz de elevar o marginar a novelistas y creadores varios. Y ya saben cómo se margina a un escritor: con el silencio en los medios- y asegura: "Si hubiera aquí algún representante de la Conferencia Episcopal, ¿por qué no iban a hablar los obispos de política?". González-Sinde no se moja: "Que hablen de lo que quieran…". Pullitas sin gracia.