El 31 de enero era una fecha muy esperada. El Banco Financiero y de Ahorro (BFA), producto de la fusión de nada menos que de siete cajas de ahorros presentaba sus primeros resultados anuales, los correspondientes a 2010. La cita era a las 11,30 de la mañana. Pero hasta que terminó la rueda de presa (pasadas las 13,00 horas), la institución no remitió a la CNMV los resultados ni de Caja Madrid ni del BFA. En cualquier caso, una escuálida información que Rodrigo Rato se empeñó en no ampliar en sus respuestas a los medios.
Ahora bien, la política suicida del Gobierno en materia de capitalización de cajas, obliga a las entidades, convertidas o no en sociedad anónimas, a buscar inversores que depositen su dinero en el proyecto de eliminación del sector ahorro. Entones, ¿cómo espera Rodrigo Rato convencer a los inversores de que pongan su dinero si desconocen las tripas del BFA, de aquello en los que se les anima a invertir?
Mientras la vicepresidenta económica de Zapatero, Elena Salgado, adalid de la cajafobia que cunde en España, echaba leña al fuego asegurando que las cajas de ahorros que no consigan el capital que les ha impuesto (un coeficiente de recursos propios de entre el 9 y el 10%, superior al que se exige a los bancos) deben pedir ayuda ya mismo. El Estado proveerá y, naturalmente, controlará las entidades (en lugar de dejarles quebrar, que es lo que debería hacer). Ni que decir tiene que los bancos y fondos extranjeros están deseosos de quedarse las cajas de ahorros por cuatro perras y es el propio gobierno Zapatero quien está propiciando esta situación.
En cualquier caso, la opacidad de Rato y la llamada reforma financiera de Zapatero, destaca, durante la misma mañana del lunes, el rumor sobre un proyecto siempre negado y siempre resucitado: el que el BFA se fusione o se absorbido por la Caixa-Caixabank o por uno de los dos grandes bancos, Santander y BBVA, aunque netos, consultados por Hispanidad, ya han dejado claro que no quieren más riesgo-país, siendo el precitado país el suyo, España. Tanto Botín como FG lo que quieren es crecer en Europa, América y Asia. Y cuidado, porque BFA es más grande que La Caixa, pero La Caixa tiene un balance mucho más solvente y más rentable, con lo que se convertiría en entidad dominante. Además, la Generalitat vería con buenos ojos esa operación. Por fin, Cataluña contaría con uno de los grandes bancos europeos.
Y ojo, porque el Gobierno socialista, enloquecido ya en su empecinamiento en arrasar con el sistema financiero mutual, así como el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyará esta fusión, absorción o como se la quiera llamar. MAFO ya ha convencido a Salgado de que a España le basta con tres grandes bancos... y que sean bancos.
Por cierto, José Luis Olivas, presidente de Bancaja, ha quedado ya fuera del proceso. Dirige las participadas industriales, sí, pero ni tan siquiera acude a los consejos de dirección del BFA. Ahora, manda Rato en solitario.
Eulogio López
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