Emilio Botín presentó este jueves los resultados del Banco Santander, esta vez sí, con los beneficios previstos de 9.000 millones de euros. Pero en esta ocasión, Botín cerró su discurso de manera inusual. Al explicar los motivos de su optimismo respecto al futuro del banco afirmó: Y el sexto y principal factor () es precisamente contar con un equipo competente, liderado por el mejor consejero delegado de la banca internacional, que ha demostrado ser capaz de afrontar cualquier reto. Botín sabe que la reciente condena de Sáenz en los tribunales por el caso Olavarría Delclaux disparó los rumores sobre la dimisión, el cese o el cese-dimisión del consejero delegado de la entidad. Incluso algunos nombres, como el del responsable de banca privada del Santander, Javier Marín, han circulado en los mentideros de la Villa como posibles reemplazos para Sáenz. Tras el refuerzo público alguien podrá decirle a Alfredo Sáenz aquello de Ten cuidado: he oído a tu jefe hablar bien de ti.
Otras dos polémicas colocan al Santander en una situación incómoda. La primera, la del préstamo concedido al PSOE en 1987, que el secretario general del banco, Ignacio Benjumea, ha justificado como una adaptación a las condiciones económicas de 2006 en cuanto a los intereses se refiere. De modo que el interés del 15% (o el de demora, del 16%) del año 87 no era justo aplicarlo en 2006, cuando se renegoció el crédito. Según el banco, todo es legal y transparente.
Respecto a la donación de 300.000 dólares a la Universidad de Nueva York, donde prestó sus servicios el juez estrella Baltasar Garzón, Botín ha tratado de restarle importancia ya que es una donación más a una universidad. El Santander hace donaciones como churros: 842 operaciones por valor de 100 millones de euros. Pero ¿por qué Garzón le dio las gracias al Querido Emilio?
En resumen, Emilio Botín se enfrenta a Pedro José Ramírez, director de El Mundo, especialista en presionar a los poderosos mediante escándalos. Lo que está claro es que Ramírez ya no será consejero de Banesto. Eso sí, Botín entra de nuevo en la rueda de los tribunales. O mejor, de la Administración de Justicia, porque todo lo que afecta al juez estrella está ahora judicializado. Dicho de otra forma; si Garzón es finalmente sancionado, no digamos nada si es condenado por prevaricación, por la causa que sea, su posición podría, justa o injustamente, que esa es otra cuestión, salpicar al presidente del primer banco el país. De cualquier forma, siempre es agradable que un banquero responda a las acusaciones antes de refugiarse en el silencio. Habrá que esperar a leer la edición del viernes de El Mundo y, aún más, la carta dominical de Pedro J. Ramírez del próximo domingo. Si elude la cuestión, no lo duden: es que el periodista se ha rendido. Si no, habrá guerra para muchos años.
La anécdota de la jornada la protagonizó una periodista china y, una vez más, la lengua de Shakespeare. Cuando la reportera acabó su pregunta en ingles, don Emilio reconoció que no había entendido nada: Pero no se preocupe, que mi inglés es peor que el suyo, bromeó Botín. La verdad es que el acento de la periodista era difícil, así que el presidente del Santander se acercó a la periodista para -con intérpretes por medio- contestar a su pregunta una vez hubo acabado la comparecencia.
Rodrigo Martín
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