Sr. Director:
Uno de los argumentos favoritos de los antinucleares es el llamado coeficiente NYMBY, que son las siglas en inglés de no en mi patio trasero.

 

La teoría dice que cualquiera que pueda estar a favor de la energía nuclear, la rechaza cuando se instala una central (o un ATC) cerca de su casa.

La realidad nos está demostrando todo lo contrario. En Santervas y en tantos otros municipios quieren ATC. A ningún tonto le amarga un dulce y los puestos de trabajo que genera son muy jugosos. Sobre todo en tiempo de crisis.

Por eso las protestas se llenan con gente de fuera. Y por eso los ecologistas están tan interesados en intentar crear una imagen ficticia de un rechazo que sólo existe en su círculo. Porque a falta de un coeficiente NYMBY de verdad, están creando uno virtual para engañar a la opinión pública. Lamentablemente les está funcionando.

Andrea Martí Carbonell