Sólo hay un problema: no hay demanda para toda la oferta que plantea el oligopolio de editores, ni con el favor de la TDT de pago.
El 98% de los españoles ya reciben, o pueden recibir, Televisión Digital Terrestre (TDT), a pocas semanas del apagón analógico (3 de abril, Santo Santo, como la legalización del Partido Comunista). De hecho, una tercera parte de la población que ya ha sufrido el apagón, no puede ver la televisión en analógico. 15 millones de personas, sin problemas.
Ahora bien, el problema es si existe demanda para cubrir toda la oferta que pretende el oligopolio de editores bendecidos con concesiones de canales digitales. Muchos de los, por ejemplo, Veo TV y Net TV, Unedisa y Vocento, están alquilando canales a un precio medio de 5 millones de euros al año (más los toros cinco millones de euros anuales que cobra Abertis por utilizar la red de trasmisión). El oligopolio está formado por los señores de la prensa, galardonados por Zapatero para que sus críticas al poder sean digeribles: Planeta, PRISA, Mediaset, Mediapro, Unedisa y Vocento.
Pues bien, ni con el regalo de la TV de pago, a fin de que el oligopolio puede copar tanto el mercado publicitario como el de pago por visión, ni con el monopolio de contenidos, el oligopolio tiene asegurada la rentabilidad. De entrada, intentan monopolizar, además, el mercado de contenidos.
Todo sea por la libertad de información.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com