Sr. Director:
El curso escolar está a punto de comenzar, hay que ponerse las pilas para superar el fracaso escolar, hay que luchar por mejorar el nivel educativo de nuestro país, eso intento inculcar siempre a mis alumnos.

Antes decían los mayores El que no trabaja no come. Desgraciadamente en la actualidad esta frase cae en saco roto, ¿por qué?, porque el esfuerzo ha pasado a ser un valor en crisis. El reconocimiento que las familias otorgan al profesorado tampoco ayuda mucho a la motivación de los jóvenes.

Muchos de estos jóvenes han perdido la capacidad de soñar horizontes que merezcan la pena, están inmersos en el materialismo y la mediocridad cultural. Sólo con la programación que les ofrecen las televisiones, con programas de murmuraciones, miserias humanas, eróticos, de sexo (), adonde les ofrecen un dinero por llevar un chisme, llevar su vida privada a las pantallas o enseñar sus vergüenzas ganan lo que no van a conseguir con un empleo. Todo esto, es más fácil que enfrascarse a estudiar y si encima el Gobierno apoya a los que no estudian, ustedes me dirán la fuerza de voluntad que hay que tener para sacar la mejor nota del curso.

Si seguimos empeñándonos en una educación que ahorre todo esfuerzo a los jóvenes, y en conseguir un ideal ético en donde el esfuerzo -y con ella, la virtud- esté ausente, la historia se repetirá, con su doloroso final. De ahí que sea urgente volver a valorar el ideal de la virtud, y perder el miedo al esfuerzo.

Carmen Ramírez

caramihe@gmail.com