Sr. Director:

Cuando un político convierte el no al trasvase del Ebro en la piedra angular de su política y en el momento en el que el Gobierno central aprueba el trasvase, lo único que hace es mirar para otro lado, pierde toda su credibilidad ante la opinión pública.

Marcelino Iglesias ha traicionado sus promesas electorales y ha demostrado una vez más su probada incapacidad para defender los intereses de Aragón. No sólo en el tema hídrico, dando agua a Barcelona mientras en zonas de Aragón sufren severas restricciones. También ha fracasado en la recuperación de algo tan simbólico como los bienes culturales de Aragón en poder del obispado de Lérida o en el desarrollo de las comunicaciones con Francia a través de Canfranc, que serían vitales para el progreso económico aragonés.

Aragón necesita un presidente más comprometido con su tierra y que no haga lo que le mandan hacer desde Barcelona y desde Ferraz.

María Pilar Palacios

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