"Árboles MG con descomposición más fácil para la producción de papel y biocombustibles", leía el pasado 30 de julio.
La nota de prensa decía "Investigadores de la University of British Columbia (UBC) han modificado genéticamente árboles para conseguir una descomposición más fácil para la producción de papel y biocombustibles."
Y es que se ha usado la ingeniería genética para modificar la lignina, una parte sustancial de la pared celular de la mayoría de las plantas que es un impedimento para el procesamiento de pulpa, papel, y la producción de biocombustibles.
La eliminación de la lignina es un proceso que necesita cantidades significativas de productos químicos y de energía y provoca la creación de muchos residuos.
Los trabajos previos para abordar este problema dieron lugar a árboles que se atrofiaban en el crecimiento o que eran altamente sensibles a fuerzas naturales como el viento, la nieve, las plagas o los patógenos. Este avance implica la utilización de menos productos químicos, menos energía, y la creación menos contaminantes del medio ambiente.
"Estamos diseñando los árboles para ser procesados con menos energía y menos productos químicos, y en última instancia la recuperación de más de hidratos de carbono de la madera que la que se recupera en la actualidad". Con todas estas ventajas ¿puede alguien oponerse a que se trabaje con estos árboles por que son transgénicos
Domingo Martínez Madrid