Sr. Director:
Le escribo desde Buenos Aires, Argentina. No me queda más que enorgullecerme de la juventud "progre" de mi país, ya que acá sí le dan a la Iglesia, pero también a los bancos, a los teléfonos públicos, etc. ¡Esto sí es democracia!
Gracias por tan buena información.
María del Pilar di Francesco
matmarcat@yahoo.com