No se lo pierdan que da para mucho. Notivida (nº 713) está narrando casi en directo el debate sobre el homomonio, también conocido como gaymonio, incluso como ayuntamiento cular, o coyunda anal, todo ello dentro del esplendoroso programa de la brown revolution.

Del relato de la nueva sesión, todo él interesante, me quedo con dos notas de color: la participación, supongo que en calidad de expertos (¡ay del mundo con los expertos!) en homosexualidad de dos asociaciones. Por un lado la presencia de la asociación Nambla, que persigue la legalización de la pedofilia, aunque naturalmente, la relación entre homosexualidad y pederastia -como bien saben ustedes- es una lamentable invectiva del más rancio clericalismo homófobo y hasta homofóbico.

Por otra parte, y a ésa sí que la apoyamos desde Hispanidad con entusiasmo, en el Senado argentino apareció Poliamor, asociación que persigue la legalización de las uniones múltiples. Sí señor, en primer lugar por el indiscutible argumento antropológico de que en la variedad está el gusto y que una persona, especialmente el varón, no puede ceñirse a amar -o eso que está usted pensando- a una sola mujer. Cierto que algunos no acabamos de entender porque el poli-amor necesita la bendición del juez o el alcalde, cuando puede practicarse sin ataduras ni compromisos, pero oiga, la cuestión debe plantearse. El pluralismo amatorio se llama Poliamor y sus razonables reclamaciones deben ser atendidas.   

Es de justicia, así que, ¡ni un paso atrás! Luchemos por la legalización de la poligamia, o sea, del Poliamor. A fin de cuentas, en Occidente ya existe el divorcio, que no deje de ser una poligamia sucesiva. Y otra cosa: nada de materialismo: la poligamia, el Poliamor, no debe conllevar para la exigencia al varón de alimentar a todas sus donas. ¿O es que no creemos en la igualdad entre los sexos? Por lo demás, espero y confío en que Poliamor abra sucursal en España a la menor brevedad posible.

Esto es lo realmente importante. Lo de la coyunda anal o ayuntamiento cular puede esperar... cosa de un par de siglos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com