No es posible que nos hagan creer que viviremos más seguros tras muros cada vez más altos, con niños cada vez más hambrientos, con cada vez menos amor.
De una vez y para siempre es imperioso que nos demos cuenta de que sin integración social para todos no habrá futuro ni seguridad para nadie. La única felicidad posible para nuestros hijos es que los hijos de nuestros semejantes también sean felices.
Por suerte, muchos argentinos lo saben, y ejercen la solidaridad y el compromiso con los chicos de nuestro país cotidiana y desinteresadamente. Si no fuera por los cientos de miles de voluntarios que no salen en los medios, millones de niños y niñas de nuestro país sentirían que las paredes que los separan de su futuro y de sus semejantes son aún más altas, aún más impenetrables.
Te invito a que conozcas a algunos de ellos. Son los voluntarios de la Asociación Civil Manos por Hermanos. Te invito a que hagas clic aquí para conocerlos. Diariamente, les dan alimentación, educación y contención a más de 1.500 chicos de cinco Comedores Comunitarios, con absoluta independencia del estado y de toda organización civil, social, política o religiosa.
En nombre de las chicas y los chicos, ¡gracias!
Natalia
islendes@aseturmisiones.com