• En primer lugar, ha expresado gratitud a Dios por Benedicto XVI.
  • A continuación, ha pedido ayuda para elegir "otro Buen Pastor" para "su Santa Iglesia".
  • También ha destacado la necesidad de la unidad: "Pedro sobresale como el fundamento visible de la unidad de la Iglesia".
  • Ha subrayado la misión primordial del Papa: "Apacienta mis corderos".
  • Todo ello, basado en que Jesús dijo a Pedro: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".
  • Por último, Sodano ha instado a sus hermanos cardenales a orar "para que el Señor nos conceda a un Pontífice que desarrolle con corazón generoso tal noble misión".
Esta mañana de martes, a las 10 horas, comenzó la Santa Misa 'Pro eligendo Romano Pontífice' en la Basílica de San Pedro, concelebrada por todos los cardenales, incluidos los no electores. Presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano (en la imagen), el texto completo de la homilía puede leerse aquí.

Pero nosotros la resumimos. En primer lugar, gratitud a Dios por el anterior Papa: "Nosotros hoy con tal actitud interior queremos ofrecer con Cristo al Padre que está en los Cielos, agradecerle por la amorosa asistencia que siempre reserva a su Santa Iglesia, y en particular por el luminoso Pontificado que nos ha concedido con la vida y las obras del 265º Sucesor de Pedro, el amado y venerado Pontífice Benedicto XVI, al cual en este momento renovamos toda nuestra gratitud".

A continuación, Sodano ha pedido ayuda al Señor para que "a través de la solicitud pastoral de los Padres Cardenales, quiera pronto conceder otro Buen Pastor, a su Santa Iglesia. Cierto, nos sostiene en esta hora la fe en la promesa de Cristo sobre el carácter indefectible de su Iglesia". Y ha recordado que Jesús dijo a Pedro: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Cfr. Mt 16,18).

Luego, el cardenal decano -partiendo de las lecturas- ha resumido la misión que Cristo ha transmitido a Pedro y a sus sucesores. En primer lugar, el mensaje del amor confiado por Dios a su Hijo Jesucristo, "venido al mundo para hacer presente el amor del Padre hacia los hombres". Pero "esta misión de misericordia ha sido luego confiada por Cristo a los pastores de su Iglesia", ha recordado Sodano. "Es una misión que compromete a cada sacerdote y obispo, pero compromete aún más al Obispo de Roma, Pastor de la Iglesia universal. A Pedro, en efecto, Jesús dijo: "Simón de Juan ¿me amas tú más que estos … Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 15).

El segundo mensaje que ha querido resaltar Sodano ha sido el de la unidad. "Es propiamente por la unidad de su Cuerpo Místico que Cristo ha enviado luego su Santo Espíritu y al mismo tiempo ha establecido a sus Apóstoles, entre los cuales Pedro sobresale como el fundamento visible de la unidad de la Iglesia", ha afirmado el cardenal decano. Y ha añadido que "San Pablo nos enseña que también todos nosotros tenemos que colaborar para edificar la unidad de la Iglesia", ya que para realizarla es necesaria "la colaboración de cada articulación, según la energía propia de cada miembro" (Ef 4,16). Todos nosotros, pues, somos llamados a cooperar con el Sucesor de Pedro, fundamento visible de tal unidad eclesial".

Y la tercera misión que Cristo ha encargado específicamente al sucesor de Pedro es la propia del Papa. "La actitud fundamental de cada buen Pastor es pues dar la vida por sus ovejas (Cfr. Jn 10,15). Esto vale sobre todo para el Sucesor de Pedro, Pastor de la Iglesia universal. Porque cuanto más alto y más universal es el oficio pastoral, tanto más grande tiene que ser la caridad del Pastor. Por esto en el corazón de cada Sucesor de Pedro resuenan siempre las palabras que el Divino Maestro dirigió un día al humilde pescador de Galilea: "Diligis me plus his Pasce agnos meos… pasce oves meas"; ¿me quieres más que éstos Apacienta mis corderos… ¡apacienta mis ovejas! (Cfr. Jn 21,15-17)".

Por último Sodano ha instado a sus hermanos cardenales a orar "para que el Señor nos conceda a un Pontífice que desarrolle con corazón generoso tal noble misión. Se lo pedimos por intercesión de María Santísima, Reina de los Apóstoles, y de todos los Mártires y los Santos que en el curso de los siglos han hecho gloriosa esta Iglesia de Roma. ¡Amén!".

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com