Hace unos días, a primera hora de la mañana y momentos antes de abrir un supermercado, presencié una fuerte discusión entre dos personas jóvenes, poco importa ni el color ni el origen de ambos.
Se disputaban la exclusividad de pedir limosna a las puertas del referido comercio. Según la intensidad de la disputa se intuía que muy probablemente se sobrepasarían las ofensas verbales y las alarmantes amenazas que mutuamente se proferían.
Por otro lado, próximo a la jubilación, asisto con profunda preocupación y temor al proyecto de revalorización de las pensiones de nuestro actual gobierno. Más que revalorización se podría denominar hipermegarefrigeración, pues revalorizar un 0,25% durante varios años, máxime sin tener en cuenta el IPC, es para quedarse helados.
Si este proyecto llegase a triste término me veo disputando la exclusividad de las limosnas a las puertas de cualquier establecimiento, con la dificultad añadida de que mis facultades físicas me impedirán luchar en igualdad de condiciones con los jóvenes y fuertes pedigüeños.
Manuel Villena Lázaro