De nuevo la balanza fiscal de Cataluña sale a la palestra. El gobierno de Mas ha asegurado esta semana que el déficit fiscal catalán es de 16.000 millones de euros.
Sin embargo, algunos expertos ya han denunciado que de esos supuestos 16.000 millones, más de 10.000, es decir dos terceras partes, son llana y sencillamente impuestos ficticios.
Ningún catalán los ha pagado realmente y son producto de un artificio contable denominado "neutralización". Y de los 6.000 millones restantes, 5.000 son también el resultado de considerar imputaciones más que dudosas como que el IVA pagado por el resto de españoles cuando compran cualquier producto catalán se asigna a Cataluña.
Me pregunto si tiene algún sentido objetivo este Frankenstein estadístico, más allá de su fin evidente: engordar el resultado final para atizar el rencor contra España.
José Martínez Tortosa