Cataluña vive tiempos de proclamas soberanistas y pensamiento único. Pero hay otra realidad.
Dura y ajena a la política. La padece una buena parte de la sociedad: tres de cada diez residentes en Cataluña. Ellos viven en riesgo de exclusión social, una cifra por encima de las de España y la Unión Europea (UE), según la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población.
Son miles de ciudadanos que tienen problemas para mantener la vivienda caliente o comer carne dos veces por semana. Estos catalanes saben bien que con la independencia no se come, antes al contrario, hay claro riesgo de empeorar.
Pedro García