• El Ministerio de Interior prohibirá a altos cargos y a una buena parte de los funcionarios contraer matrimonio con ciudadanos de fuera del país.
  • El resto de empleados públicos podrán casarse con extranjeros sólo si obtienen el consentimiento del Gobierno.
  • El Ejecutivo saudí se inmiscuye en la vida privada de sus ciudadanos, del mismo modo que margina a la mujer.

El Gobierno de Arabia Saudí no deja de dar sorpresas para los occidentales, para los que la libertad de culto o la dignidad de la mujer son conceptos en vigor, universales. Ahora se ha conocido que restringirá las opciones de matrimonio a un gran número de sauditas, en virtud del cargo que ocupan.

El Ministerio de Interior ha elaborado una extensa lista de altos cargos y funcionarios que no podrán casarse con ciudadanos extranjeros, lo cual es, a todas luces, una intromisión en la vida privada de las personas que canta por peteneras.

Entre los afectados por la nueva medida hay ministros, presidentes de las empresas estatales, trabajadores de aduanas, empleados del Palacio Real o del Ministerio de Justicia y notarios. Asimismo, el personal del Ministerio de Exteriores o diplomáticos a cargo del Gobierno que trabajan fuera tampoco podrán contraer matrimonio con extranjeros.

Pero eso no es todo. El resto de empleados públicos deberán obtener el beneplácito del Ministerio de Interior si quieren casarse con alguien extranjero. 

Con esta iniciativa, el Gobierno saudí pretende a todas luces inmiscuirse en la esfera personal de una buena parte de los ciudadanos del país.

Daniel Esparza

daniel@hispanidad.com