Por su interés, reproducimos el artículo publicado en Expansión por Josep Maria Simón i Castellví.

 

Carta abierta al President de la Generalitat de Cataluña. Muy Honorable Señor:

Como médico y como catalán creo en conciencia que debo escribirle esta carta. Y lo hago públicamente, a través de un periódico, uno de los medios de comunicación que Vds. los políticos entienden perfectamente.

Voy a ir al grano y a ser descarnadamente claro. Su Gobierno ha concertado millones de euros con clínicas abortistas. A la vez, recorta o se ve obligado a recortar estipendios a geriátricos y muchas prestaciones sanitarias de primer orden. Quizá algo de esto se pueda matizar pero es sustancialmente cierto.

Entiendo perfectamente que buena parte del planeta se halla en una situación económica grave. No es crítica pero sí grave. Sin embargo, el mundo seguirá funcionando porque la capacidad productiva total permanece intacta. No ha caído un meteorito devastador, no hay en ciernes una guerra termonuclear mundial y no nos hallamos ante una pandemia con millones de muertos.

Seguiremos viviendo y trabajando -los que podemos- y consumiendo. El sol sale todas las mañanas, las cosechas no se malogran y el petróleo sigue emergiendo. Un día u otro saldremos de la crisis. Seguimos viviendo solo los privilegiados que hemos nacido. Para miles, muchos no-nacidos, sí hay meteorito, guerra y pandemia.

La actitud de su Gobierno me indigna, señor. ¡No hay derecho! Vd. sabe perfectamente lo que hay que hacer para atar corto a los abortorios y para subsanar la ley, que es una singularidad jurídica inédita: si las leyes de comercio siguieran el mismo patrón, no serían posibles las transferencias serenas de bienes y servicios. Vd. podía haber destinado millones para ayudas a las madres. Y no lo ha hecho. ¿Sabe qué le digo? Pues que su Gobierno se ha maldecido a sí mismo y además no ve más allá de sus propias narices.

Cataluña es frágil, señor. No tiene ejército, ni servicios secretos, ni grandes recursos naturales, ni amigos exteriores. Su gran riqueza es sobre todo su gente, su historia, su lengua y su cultura. Ahora, sin embargo, no podrá pretender un apoyo global de las iglesias o de los millones de providas de todo el mundo. Apoyo que necesita. Su construcción nacional, señor, no se podrá llevar a cabo, entre otras cosas porque tenemos poca población. En este sentido, lea, por favor, las tesis del banquero Ettore Gotti Tedeschi.

Sin gente no se va a ningún lugar. Y sin respeto exquisito por los más débiles, que es el primer principio de la ética política, no se puede construir nada duradero. Rectifique, President!

Josep Maria Simón i Castellví