Los desencuentros en CiU ante la próxima Diada -que muchos ya barruntan fracasada- crecen sin medida.
La formación nacionalista intenta salvar los muebles -y el Gobierno de la Generalitat- ante el "pinchazo" de una convocatoria que estará muy lejos de la del año pasado. La crisis y el estéril envite soberanista han provocado que los ciudadanos, especialmente los empresarios, apuesten por "menos secesión y más financiación".
El escándalo Pujol, aseguran, ha acabado por hacer entrar en barrena a Mas y sus ensoñaciones. Ahora esperemos se cumplan las promesas de "no hacer nada ilegal". Quien puede salir ganado es quien menos está apostando, Esquerra Republicana de Catalunya, aunque continuará manteniendo a un gobierno amortizado.
José Morales Martín