Los participantes en la Conferencia Internacional sobre Células Madre Adultas pusieron de manifiesto los grandes avances médicos que se han registrado en la investigación con células madre que se extraen de tejidos del organismo adulto o de la sangre del cordón umbilical en el momento del nacimiento.
Todo lo contrario de lo que ocurre con las investigaciones con embriones humanos que destruyen la vida. La conclusión es evidente: es necesario el diálogo entre ciencia y ética para asegurar que los avances médicos no se hagan con un coste humano inaceptable.
Por eso Benedicto XVI nos advertía de que la ciencia debe estar al servicio del hombre y no al revés. El peligro radica en que ideologías que han abandonado la ética como principio de buen gobierno, usen los avances científicos para jugar con la vida humana. Y ese es el coste inaceptable.
Domingo Martínez Madrid