El Banco de España no es el hacedor de la nueva Ley de Cajas. Formalmente. Aunque todo el mundo sabe que la palabra de MAFO en este tema va a misa. O así. Aún así, el subgobernador Javier Aríztegui, insiste en lanzar la pelota al tejado del parlamento y lavarse la cara. Aún así, apunta a que los nuevos cambios en la LORCA caminan por la vía de la opcionalidad. Tres serian las grandes vías. La primera, la de las cajas que se aproximarían al modelo bancario. En segundo lugar, las cajas que podrían emitir cuotas participadas con derechos políticos para responder a los requerimientos de capital. En tercer lugar, aquellas cajas con vocación localista que no quieran hacer nada. O sea, Caixa Pollensa, por ejemplo. En todo caso, el principio es que deben estar plenamente sometidas a la disciplina de mercado, concluye Aríztegui.
¿Significa eso que perderían su naturaleza jurídica? Aríztegui no sabe donde meterse y se refugia en eso tan socorrido de que ni la ley ni el debate parlamentario es responsabilidad del Banco de España. ¡No poco! Lo que sí deja claro es que el camino debe ser abierto en abanico. Tan abierto que Aríztegui sigue sin tener criterio sobre qué porcentaje del capital debería ir a cuotas participadas.