El nuevo presidente de Banesto, Antonio Basagoiti se estrenaba este jueves en la presentación anual de resultados del banco. Ante las preguntas de la prensa sobre el futuro de la entidad, Basagoiti remitía a las palabras de Emilio Botín, que ha afirmado en público en otras ocasiones que Banesto no está en venta y que tampoco se contempla una integración con la matriz, Santander.
Ahora bien, la obsesión de Emilio Botín por plantear un Banesto a perpetuidad en la órbita de Santander se demuestra falsa porque contradice todo el pasado y el presente del primer banco español, que se ha cargado con gran celeridad las marcas Central, Hispano, Abbey y, recentísimamente, el brasileño Real
El colmo de la contradicción ocurrió en Brasil cuando en cuestión de meses Emilio Botín eliminó la franquicia bajo el contradictorio argumento de que Brasil (190 millones de habitantes) le basta con una marca mientras que España (45 millones de habitantes) necesita dos.
Tanto Sabadell como Popular y Barclays han estudiado una posible compra de Banesto aunque siempre se han encontrado con la frase del presidente del Santander: Si quieren Banesto, que vengan con el dinero y lo paguen, algo que desanima al postor más osado.
Además la única salida de Banesto no oscila entre la compra y la integración. Existe otra posibilidad que es la de su fusión con Bankinter, pero este punto ya entra en la sucesión y el reparto del patrimonio entre las dos ramas de la familia Botín, la de Jaime y la de Emilio. En cualquier caso el proceso sucesorio se ha detenido tras la marcha de Ana Patricia Botín a Londres.
En cualquier caso, el sector bancario español fecha la enajenación de Banesto para cuando esté plenamente en vigor Basilea III y el grupo necesite financiar su expansión, sea en Estados Unidos o en Asia.
Mariano Tomás
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