- Pocos quieren irse a Bankia por 300.000 euros. Sobre todo los que están en activo.
- El nuevo presidente pretende un grupo con tres patas: Negocio (el propio Paco Verdú, si acepta), Riesgos e Intervención (José Sevilla) y Medios, todavía por decidir.
- Eso sí, el Gobierno insiste a FG que deje de poner pegas a Goiri con sus fichajes.
- Cosas de don Mercado Financiero: se cesó a Rato y le inyectaron 4.400 millones de euros... pero el derrumbe bursátil continúa.
- El objetivo final de Goiri: en tres años fusionarse con BBVA.
José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen) afronta mañana su primer Consejo de Administración. Para entonces pretende tener cerrado el organigrama, aunque según fuentes de su entorno más próximo, aún le quedan dos incógnitas. Veamos, Goiri quiere una Bankia con tres patas: Riesgos e intervención (en esos momentos, la pieza madre), Negocio (al por mayor y red comercial) y Medios (Recursos Humanos e informática, principalmente). Además, también necesita de un responsable de participaciones industriales, que no en vano posee uno de los grupos de participadas más importantes de España.
Para Riesgos lo tiene claro: será Pepe Sevilla, quien, como ya hemos informado, no tiene ningún problema con su antiguo jefe, el presidente del BBVA, Francisco González (FG), dado que no es prejubilado de la firma: sencillamente le echó. Para Negocio, Goirigolzarri le ha ofrecido la permanencia al Consejero Delegado, Francsico Verdú. Ahora bien, Bankia ya ha recibido ayudas públicas. Por lo tanto, Verdú sólo podrá cobrar 300.000 euros. Lo cierto es que Goirí conoce a Verdú desde el BBVA y tiene buen concepto de él. Y Verdú es el que mejor se conoce Bankia tras la marcha de Rato. Queda la división de Medios, no menos importante, donde se barajan muchos nombres Entendámonos: no puede ser un Ejecutivo en activo sino un prejubilado. La razón es sencilla: nadie está dispuesto a irse a Bankia por 300.000 euros anuales, el máximo prescrito por el Gobierno Rajoy (el mismo problema para que Verdú se quede).
FG ya no preocupa a Goiri. Sabe que el Gobierno le ha advertido que deje de poner palos en la rueda para fichar ex ejecutivos del BBVA, que han de pedir permiso a FG para acepar una oferta de trabajo hasta que se jubilen. Pero no puede contar ni con Juan Asúa (BBVA), Juan Ignacio Apoitia (BBVA), Ignacio Sánchez Asiaín (en Kutxa) ni con José Calos Pla (en Cajasur). Sí puede contar con Vicente Benedicto, José Borrúe (enviado por el FROB a Novacaixa), Jaime Carceller, Manuel Navas o Antonio Ortega, todos ellos de la cantera BBVA, y casi todos en sus negocios privados o reflotando entidades en crisis por mandato del FROB. Todos ellos han trabajado con Goiri y éste aprecia su labor. Otra cosa es que acepten las condiciones.
¿Y su gran amigo Vitalino Nafría? Es harina de otro costal: aún representa al BBVA en participadas, lo que representa un salario extra. No querrá enfadar más a FG.
A todo esto, el drama de la reforma bancaria se deja ver en que el cese de Rato y la inyección de 4.000 millones de euros, y a pesar de que nadie duda de la capacidad de Goirigolzarri, no ha servido que para Bankia remonte en bolsa. Don Mercado Financiero es insaciable.
Por cierto, ¿cuál es el objetivo final de Goirigolzarri? Recordemos que tiene tres años de plazo con el Estado como máximo accionista, por lo que trascurrido ese tiempo el Gobierno venderá su participación de control en BFA-Bankia. Es otro de los problemas para los fichajes: a nadie le apetece trabajar a plazo fijo. Y en una entidad pública que va a ser privatizada.
Ahora bien, el objetivo final de Goirigolzarri sería terminar el saneamiento en esos tres años y, en lugar de acabar en manos de un banco extranjero, fusionar Bankia con BBVA. Ciertamente, a FG le queda un trienio para cumplir los 70 años pero ha ampliado su edad de jubilación hasta los 75. Pero alguien podría pensar que ya es hora de buscarle el retiro. Eso sí: en tres años todos calvos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com