El diario Expansión asegura que "el FROB no ve indicios de delito en el caso Bankia y en UPD, el demandante, están ligeramente cabreados.
Hay que reconocer que el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen) ha mantenido un escrupuloso respeto a su predecesor en el cargo, Rodrigo Rato. Ante los tribunales y ante la prensa.
Ahora bien, lo del FROB tiene su lectura, importante lectura. Insisto en lo que ya afirme tiempo atrás: Rodrigo Rato pecó de ambición pero no de ladrón. La ambición y el robo son pecados, pero sólo el robo es delito. Y es que los diez mandamientos, la ley moral, son mucho más importantes que el BOE, por más que el relativismo tenga que aferrarse al BOE porque no tiene nada más a lo que aferrarse, para mantener el equilibrio mental y no incurrir en demencia.
El ex vicepresidente económico de Aznar y director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) regresó a España para hacerse cargo de Caja Madrid y luego de la fusión de siete cajas de ahorros. Las fusiones siempre son negativas, una mala solución a un problema. Ahora bien, si la fusión es de siete entidades entonces, sencillamente, estás ante una locura. Incuso yo diría que no hubo negligencia ni mala gestión por parte de Rato y su equipo: simplemente, se trataba de una gestión imposible.
Ocurre que nos cuesta distinguir entre pecado y delito, entre ley natural y ley positiva. Ya sé que ambas debieran coincidir pero en ocasiones no ocurre y, en cualquier caso, nunca coincidirán al 100 por 100.
El damnificado busca culpables, pero Rato no es culpable de robo, sólo de pretender enmendar lo imposible de enmendar. De hecho, cuando llega Goirigolzarri, que de banca sabe más que Rato, comienza por pedir un montón de euros públicos para sanear Bankia. Y seguro que lo sanea, aunque a mí no me guste el método. Pero una cosa es ser ambicioso y otra meter la mano en la caja.
Yo creo que Rodrigo Rato, y es de justicia recordarlo, nunca metió la mano en la caja.
Eulogio López
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