La primera visita al exterior del nuevo consejero delegado de France Telecom, Stephane Richard, fue a España, a Orange, y no se trata de una casualidad. Es ahora mismo la división que más preocupa al gigante francés. Lo único que le falta a Orange España son suicidios de empleados (lo que provocó la dimisión del antecesor de Richard, Didier Lombard), porque las cuentas en España no pueden ir peor.
De hecho, Richard ya ha decidido prescindir de Jean Marc Vignoles, que se marchará en verano. Eso sí, esta noticia preanunciada ha provocado una lucha interna por la sucesión. En París se considera que debe ser un español -la experiencia de alguien venido desde la central no ha dado un buen resultado-.
Y ahí surge la pugna entre el director de Estrategia y de Residencial, Samuel Muñoz y el director comercial, Óscar Vilda. Vignolles apoya al ex Mckinsey, Samuel, como su sucesor pero la gente prefiere a Vilda el torero. Así se le conoce porque luce en su despacho una soberbia montera, reflejo de su afición por la fiesta. El problema es que la competición ha provocado no pocos enfrentamientos internos, algo que no necesita Orange España dada su delicada situación.
Eulogio López
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