El martes Hispanidad les informaba sobre el interés de BBVA por hacerse con el Banco Sabadell, después de que este último realizara una ampliación de capital del 10%. Desde la entidad que preside Josep Oliú la ampliación era situada en el contexto de las futuras exigencias de core capital de Basilea III. Pero la otra posible interpretación era una huida por parte de Sabadell frente al asedio de BBVA.
En la presentación de resultados de BBVA, el presidente del banco, Francisco González, aseguraba no estar interesado en bancos ni en cajas. Respecto a estas últimas, incluso, consideraba positiva la entrada de capital extranjero con vocación de permanencia y no por pura especulación. En cualquier caso, FG afirmó que el banco estudiará las oportunidades si surgen: No estamos interesados en nada, salvo que tengamos que estar interesados en algo. En su opinión, el banco ya ha realizado las adquisiciones que necesitaba después de la última compra en Turquía: Tenemos suficiente comida en el plato.
FG asegura que han pasado ya los tiempos en los que el Banco de España llamaba a los bancos para obligarles, por ejemplo a adquirir un banco para reflotarlo. Sin embargo, MAFO quiere que el sistema quede reducido a tres grandes grupos bancarios españoles: Santander, BBVA y un tercero liderado por una caja. De ahí que González haya encargado a Carlos Torres Vila un análisis sobre la absorción del Sabadell, tal y como ha podido saber Hispanidad. Torres Vila fue socio de la consultora McKinsey y posteriormente trabajó cinco años para Endesa, donde fue director financiero hasta la llegada de los italianos. En 2008 fichó por BBVA como director de estrategia. Desde ese puesto dirige al equipo que en estos momentos estudia la posible absorción del Sabadell.
No es que a FG le entusiasme la idea porque donde sí tienen demasiada comida en el plato es precisamente en España. Así, la presentación de resultados 2010 hizo hincapié en la diversificación del banco, pero España sigue teniendo un peso del 45% y no es el área geográfica más deseable, dados sus problemas inmobiliarios y su escasa capacidad de crecimiento. Para el grupo los resultados de 2010 son buenos y FG se presentó exultante y optimista ante los medios por la marcha del banco, que considera que irá de menos a más. No sólo eso, sino que el presidente de la entidad asegura que por primera vez empieza a ver luz al final del túnel de la economía española.
No obstante, BBVA ha tenido que realizar un pequeño truco contable para presentar una mejor cara precisamente en un día en el que la entidad renovaba su imagen corporativa. La estratagema consiste en lo siguiente: siempre presentan el grupo dividido en cuatro áreas geográficas más un área mundial definida por actividad (gestión de activos) más otra área, también definida por actividad que llaman actividades corporativas, que absorbe costes no imputables a ninguna de las cinco primeras. Esta última área (Actividades Corporativas, AC) lógicamente es residual porque una buena gestión debe permitir imputar casi todos los costes a cada área de negocio. Así en 2009, AC daba un resultado de -105 millones de euros y en 2010 de -1.245 millones de euros, un crecimiento del 1085%. En el fondo esto significa que no han querido repartir determinados costes para presentar mayores crecimientos (o menores decrecimientos) en el resto de las áreas.
Por lo demás, BBVA ha podido presumir por primera vez después del inicio de la crisis de una reducción de la morosidad en 19 puntos básicos hasta situarse en el 4,1%. Igualmente el beneficio atribuido es un 9,4% superior al del ejercicio anterior, hasta alcanzar los 4.606 millones de euros.
Rodrigo Martín
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