• Es lo que en Basilea conocen como muerte dulce: anticipar al supervisor quién será el sucesor y un listado de activos vendibles.
  • El gobernador Luis Linde considera que Santander y BBVA son los dos bancos sistémicos españoles y que deben aclarar esto, por vez primera con cargo al ejercicio 2013.
  • El Santander ya lo tiene elaborado, pero FG no. Sencillamente, no acepta tener que irse, en caso de que le declaran en crisis.
  • Además, ha fichado a González Páramo como barrera frente al Banco de España.
  • Y si no fueran necesarios los servicios de Páramo, siempre prefiere tener cerca al futuro supervisor de la banca española, con sede en Francfort.

Pero a Linde no le basta. Evidente: Páramo es un teórico sin experiencia de gestión.

Le llaman la muerte dulce y es el nuevo invento del Banco Internacional de Pagos de Basilea tras la crisis bancaria mundial de 2007, con epicentro en Nueva York y expandida por todo Occidente.

De hecho, casi seis años después del inicio de la debacle, los mandamientos del BIS, y con él del sistema financiero mundial, son tres, a cual más disparatado. Y se han impuesto ante de que Basilea III ente en vigor. Es la fuerza borreguil del consenso financiero. A saber:

1. Un banco bueno es un banco grande. Por tanto, el primer mandamiento consiste en una fuerte capitalización. Hasta Basilea III, un buen banco era aquel que tenía poca mora, independientemente de su tamaño

2. Los bancos sólo deben realizar inversiones financieras con fondos propios, no ajenos.

3. La mencionada muerte dulce, que no digna, aunque no se apuren: es amarga e indigna.

Como en España somos los más listos de la clase, el Banco de España quiere que ya en 2013 los dos bancos sistémicos españoles, Santander y BBVA, apliquen la muerte digna y la concreten en dos puntos:

A. Si el banco entra en crisis el presidente sale de inmediato y, por anticipado, el banco ya ha decido comunicar quién le sustituye. Ni que decir tiene que el quién debe ser aprobado por el Banco de España.

B. Al mismo tiempo, en ese mismo informe anual remitido al supervisor, Santander y BBVA deben elaborar una lista de activos muy vendibles muy líquidos, que se enajenarían si saltan las alarmas.

La muerte dulce es una especie de plan B, de carácter automático que pretende evitar que un presidente ausente de la crisis se perpetúe en el cargo o abra un 'debate' interminable en el Consejo para conocer su sucesor. Vamos, que se tiene que marchar a casa de inmediato y le sustituye el previsto.

Pues bien, Emilio Botín ya ha designado a su sucesor, al menos ya tiene el modelo previsto, tal y como adelantara Hispanidad: Rodrigo Echenique como presidente, Ana Patricia Botín como vicepresidenta ejecutiva y Javier Marín como consejero delegado. Y seguramente el Banco de España lo aceptará, aunque otra cosa es que lo acepten los bancos.

Peor resulta que FG (en la imagen) se niega a designar un sucesor en el BBVA. El presidente de la entidad sólo aceptaría como delfín a alguien que se llame Francisco y sea natural de Chantada. Además, ha fichado a González Páramo, sin ninguna experiencia de gestión. Dicen en el BBVA que el fichaje es una andanada de FG para demostrarle al Banco de España que él no obedece sus órdenes y que, en breve, será el Banco Central Europeo quien se ocupe de la supervisión bancaria de las entidades sistémicas españolas.

En cualquier caso, mientras la inspección paneuropea no sea una realidad, el gobernador, Luis María Linde, exigirá a FG que cumpla sus mandatos. Pero el gallego es muy independiente. Un pulso en la cumbre.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com