- El Servicio de Estudios plantea un "sistema mixto" de compensación por despido, según la antigüedad y nutrida también con aportaciones previas del trabajador.
- Este producto sería como un "salario diferido" -como en una cuenta de ahorro-, que equivaldría al 2,19% del sueldo bruto anual.
- Defienden que sólo existan tres tipos de contratos: indefinido, que debería funcionar "por defecto"; temporal y de formación y aprendizaje.
- Señalan que la reforma laboral de 2012 y otras medidas del Gobierno fueron buenas, pero no "suficientes" para frenar el uso de la contratación temporal frente a la indefinida.
BBVA Research parece tener claro lo que hay que hacer para que en nuestro país haya más contratos indefinidos y plantea medidas. Así lo ha demostrado este jueves en la presentación del Observatorio Económico España sobre Mercado Laboral, que han realizado junto a la Fundación Sagardoy.
En este informe, el Servicio de Estudios del grupo bancario propone modernizar el sistema de indemnizaciones y a la vez simplificar los contratos para incentivar la contratación indefinida, según ha explicado el economista jefe de Economías Desarrolladas del BBVA, Rafael Doménech.
En concreto, plantean un "sistema mixto" de indemnizaciones por despido, donde esta sea gradual y dependa no sólo de la antigüedad del trabajador en la empresa, sino también de una cuenta de ahorro individual. Esta última sería como un "salario diferido", que equivaldría a ocho días por año o lo que es lo mismo, el 2,19% del sueldo bruto anual.
Pero Doménech ha subrayado que esta cuenta no debe verse como un menor salario para el empleado ni como un sobrecoste para los empresarios, que son quienes la pagan, "es una parte del salario, pero no corriente". En el caso de que los trabajadores cobraran el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la Administración pública nutriría dicha cuenta como una bonificación de 2,19 puntos en la cuota de la Seguridad Social.
Respecto a los contratos, el BBVA Research defiende que sólo existan tres tipos: el indefinido, que debería ser la opción "por defecto"; el temporal, con una duración máxima de dos años y el de formación y aprendizaje, el cual podría ser indefinido, si lo promueve la empresa o temporal, si es consecuencia de un convenio con instituciones educativas. En este sentido, Doménech destaca que la reforma laboral de 2012 y otras medidas tomadas por el Gobierno han ido por el buen camino, pero "no han sido suficientes" para reducir el uso de la contratación temporal frente a la indefinida y hay que "ir más allá".
En el informe también se critica la dualidad del mercado laboral español, que afecta a la desigualdad de los colectivos más vulnerables, pues se concentra en las personas con mayores dificultades de inserción. Además ven que la temporalidad reduce incentivos, tanto de empresas como de empleados, a invertir en formación, perdiendo así productividad.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com