Una riada de fieles ha venerado durante estos días las reliquias del Beato Juan Pablo II y no sin motivo
Como ha dicho Benedicto XVI: "Juan Pablo II es beato por su fe, fuerte y generosa". Ése es su gran legado. "Nos devolvió la fuerza de creer en Cristo", subrayó el Papa. "Abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante una tendencia" secularizadora "que podía parecer irreversible".
Y es que Juan Pablo II nos ayudó así "a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos", y a confiar en que la esperanza del mundo está en el Evangelio, no en los atajos que proponen las ideologías. "Su mensaje fue éste", dijo el Papa: "el hombre es el camino de la Iglesia, y Cristo es el camino del hombre", un mensaje que condensa la herencia del Concilio Vaticano II y que mantiene hoy plena vigencia. Esperemos que pronto le podamos venerar como santo, que seguro lo es.
Jesús Domingo Martínez