Benedicto XVI nos ha mostrado con claridad, durante su estancia en nuestras tierras: tradición y presente, fe y razón, verdad y libertad, que se han dado la mano este fin de semana a través de los discursos y homilias en Santiago y en Barcelona
Al hacer un resumen de su viaje en el aeropuerto del Prat, el Papa ha recordado la fe apostólica que arraigó tempranamente en tierras de España, forjando el espíritu, las costumbres, el arte y la idiosincrasia de sus gentes. Pero esa fe que ha sido fuente de bien a lo largo de los siglos nunca puede darse por supuesta.
En Barcelona, el Papa puso en evidencia dos símbolos de la actualidad de la fe cristiana. El signo de la belleza que interroga y ofrece respuestas, la belleza fantástica de la Basílica de la Sagrada Familia levantada en medio de las penas y las alegrías de la cuidad. Y el signo de la caridad encarnado en la obra benéfico-social del Nen Déu: más de cien años acogiendo a los más débiles y vulnerables, mostrando que su vida es preciosa a los ojos de Dios y que merece ser cuidada y amada sin reservas.
La belleza y la caridad hablan al hombre y contribuyen a sostener la esperanza y a construir junto a todos un mundo mejor siguiendo los caminos del amor de Dios. Gracias por este testimonio.
Jesús Martínez Madrid