El Santo Padre estuvo el pasado día 25 en la Abadía benedictina de Montecassino.
Cuando Joseph Ratzinger tomó su nombre como Papa explicó que lo había escogido como homenaje a San Benito de Nursia, fundador del monaquismo occidental, y del Papa Benedicto XV, un gran defensor de la paz en los años difíciles de la Primera Guerra Mundial.
San Benito es una importante referencia espiritual del Papa, quien recordó ayer que el fundador del monasterio de Montecassino es uno de los patrones de Europa. Por ese motivo, el Santo Padre le encomendó «las intenciones de Europa entera» y le pidió que «ayude al continente a permanecer fiel a sus raíces cristianas y a edificar una Europa unida y solidaria, fundada sobre la búsqueda de la justicia y de la paz».
Una reflexión importante cuando tenemos tan próximas las elecciones europeas.
Pilar Prados de la Plaza
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