En el discurso del Papa a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante la Santa Sede el pasado día 7 de enero, fue presentando lugares inolvidables de la geografía del dolor como Tierra Santa, Siria o Nigeria, y guiños a Occidente, con su olvido de Dios y su consecuente olvido del hombre, o a América Latina, en particular cuando ha demandado inversión en educación para sentar las bases de una construcción adecuada de la paz.
Con palabras de Pablo VI, al término del Concilio Vaticano II, Benedicto XVI nos ha querido recordar que es Dios el gran artífice del orden y de la paz sobre la tierra. Y es justamente su olvido, y no su glorificación, el que engendra la violencia.
JD Mez Madrid